Happy Sunday!
This week we begin our season of Lent with a reminder to repent and remember our mortality. Catholics all over the world partake in this Lenten journey to sacrifice things of this world and turn towards God who has the ability to satisfy our spiritual hunger. This particular journey unites us in prayer, fasting and almsgiving.
St. Thérèse of Lisieux says: “For me, prayer is a surge of the heart; it is a simple look turned toward heaven, it is a cry of recognition and of love, embracing both trial and joy.” The experience St. Thérèse can be found in Eucharistic Adoration, the daily scripture readings from daily Mass and the various prayer Apps on the phone.
Another practice during Lent is fasting, which is a self-disciplined reduction of food intake. Ash Wednesday and Good Friday are the two days in Lent we fast from meat and limit ourselves to one meal. All the other Fridays during lent we refrain from eating meat. Fasting extends beyond food, such as activities. Fasting from activities challenges us to take on the things of God and make room in our hearts.
Our third discipline leads us to almsgiving, taking a deeper look at our own hearts with humility and charity. We have opportunities to give to the poor and open our hearts to our brothers and sisters in need by giving thanks to God. Times to volunteer and serve are excellent ways to give in other ways such as donating money.
My hope and prayer is that we increase our growth in the faith in our parish, where it becomes noticeable to those around us.
Have a blessed Lent!
Father Cruz
DE ADMINISTRADORA PAROCHIAL
¡Feliz domingo!
Esta semana comenzamos nuestra temporada de Cuaresma con un recordatorio de arrepentirnos y recordar nuestra mortalidad. Católicos de todo el mundo participan en este viaje de Cuaresma para sacrificar cosas de este mundo y volverse hacia Dios, quien tiene la capacidad de satisfacer nuestra hambre espiritual. Este viaje particular nos une en la oración, el ayuno y la limosna.
Santa Teresa de Lisieux dice: “Para mí, la oración es un impulso del corazón; es una simple mirada dirigida al cielo, es un grito de reconocimiento y de amor, que abarca tanto la prueba como la alegría”. La experiencia de Santa Teresa se puede encontrar en la Adoración Eucarística, las lecturas diarias de las Escrituras en la Misa diaria y las diversas aplicaciones de oración en el móvil.
Otra práctica durante la Cuaresma es el ayuno, que consiste en una reducción disciplinada de la ingesta de alimentos. El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son los dos días de Cuaresma en los que ayunamos de carne y nos limitamos a una comida. Todos los demás viernes de cuaresma nos abstenemos de comer carne. El ayuno se extiende más allá de la comida, como las actividades. El ayuno de actividades nos desafía a asumir las cosas de Dios y hacer espacio en nuestro corazón.
Nuestra tercera disciplina nos lleva a dar limosna, a mirar más profundamente nuestro propio corazón con humildad y caridad. Tenemos oportunidades de dar a los pobres y abrir nuestros corazones a nuestros hermanos y hermanas necesitados dando gracias a Dios. Los momentos para ser voluntario y servir son excelentes formas de donar de otras formas, como donar dinero.
Mi esperanza y oración es que aumentemos nuestro crecimiento en la fe en nuestra parroquia, donde se haga visible para quienes nos rodean.
¡Que tengas una bendita Cuaresma!
Padre Cruz
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