Let's Face the Facts and Tell the Truth about Abortion (Part I)

05-22-2016Pastor's LetterFr. Don Kline, V.F.

The truth about abortion is repugnant and abhorrent. It is therefore not easy and requires courage to speak out about abortion. However, as Catholics, we must boldly speak the truth and contradict the untruths and misleading rhetoric which surrounds the issue.

Some of the myths are:

''The government should not interfere with someone's personal choice." This is neither practical, desirable or correct. If there is only one legitimate function of government, it is the protection of innocent human life and to prevent one individual victimizing another. The word "choice" might sound good, but the reality is that some "choices" are crimes and all crimes are "choices".

Abortion advocates try to use smokescreen language to conceal the truth about abortion. A good example is the term "women's reproductive rights". The biological reality is that when a woman is pregnant, reproduction has already occurred. If that were not true, there would be nothing for the abortionist to abort.

Another deliberately misleading term is "woman's access to healthcare". Healthcare relates to the treatment of diseases, injuries or illnesses. Since pregnancy is none of these, abortion is definitely not "healthcare".

We are told that we should not tell a woman when to have a child. Abortion is not about children who might come into the world, but it is about children who are already in the world, living and growing… in the mother's womb. When a woman is pregnant she already has the child. The only thing to be decided is whether she will have a live or a dead baby.

We are also told that we should not interfere with a woman's "relationship" with her doctor. The fact is that in the vast majority of abortions, the expectant mother meets the abortionist for the first time about five minutes before the abortion. There is no relationship!

God Bless,

Fr. Don Kline, V.F.
Pastor

Vamos a enfrentar los hechos y decir la verdad sobre Aborto (Parte I)

La verdad sobre el aborto es repugnante y aborrecible. Por tanto, no es fácil y requiere coraje de hablar sobre el aborto. Sin embargo, como católicos, debemos hablar la verdad con valentía y contradecir las falsedades y la retórica engañosa que rodea el tema.

Algunos de los mitos se discuten a continuación:

'' El gobierno no debe interferir con la elección personal". Esto no es ni práctico, deseable, o correcto. Si sólo hay una función legítima del gobierno, es la protección de la vida humana inocente y para evitar que una persona maltrate o sacrifique a otra. La palabra "elección" puede sonar bien, pero la realidad es que algunas "elecciones" son crímenes y todos los delitos son "opciones".

Los defensores del aborto tratan de usar el lenguaje como cortina de humo para ocultar la verdad sobre el aborto. Un buen ejemplo es el término "derechos reproductivos de la mujer". La realidad biológica es que cuando una mujer está embarazada, ya empezó la reproducción. Si eso no fuera cierto, no habría nada que se pudiese abortar.

Otro término deliberadamente engañoso es "el acceso de la mujer al cuidado de la salud". El "cuidado a la salud" se refiere al tratamiento de enfermedades, o lesiones. Dado que el embarazo no es nada de eso, el aborto no es definitivamente "cuidado a la salud".

Se nos dice que no debemos decirle a una mujer cuando tener un hijo. El aborto no se trata de niños que podrían entrar en el mundo, pero se trata de los niños que ya están en el mundo, que viven y crecen ~ en el vientre de la madre. Cuando una mujer está embarazada, ya tiene el niño. La única cosa que decidir es si tendrá un bebé vivo o un bebé muerto.

También se nos dice que no debemos interferir con la "relación" de una mujer con su médico. El hecho es que en la gran mayoría de los abortos, la futura madre se encuentra con el abortista por primera vez a unos cinco minutos antes del aborto. ¡No hay ninguna relación!

Que Dios los Bendiga,
Fr. Don Kline, V.F.
Pastor

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