“I have come to set the earth on fire..."

08-18-2019Pastor's LetterFr. Dan Connealy

Happy Sunday!

This Sunday we enter the 20th Week in Ordinary Time. In our Gospel the Lord begins with a striking greeting, “I have come to set the earth on fire, and how I wish it were already blazing!” The fire that Jesus wishes to cast is not a destructive fire, but the fire of his love. It would be false to think that just because it is not a purely destructive fire it is not violent. The love of God is indeed fierce. Jesus knows many people will reject it because it does not measure up to the standards we have set before us in society. To love as the Father loves means that we first must open our hearts to receive from his bounty. Without living in the love of the Father, we have nothing to give.

And here comes the second part. To live in the love of the Father is good, important, and necessary. But if it does not move us to action then it has not fulfilled its purpose. Animated by the love of the Father, we are meant to share the Gospel. This is the call of our Baptism and Confirmation. As fully initiated Christians we are invited to be missionary disciples. It is missionary disciples that set the world on fire.

How is the Lord inviting each of us to be his disciples? Everywhere is mission territory. Every place is able to be set ablaze with the love of the Father. If we are not sure where to begin, one thing that is helpful is to ask the Lord in our prayers to give us opportunities to share his love. Maybe it's an opportunity just to be especially attentive to a conversation we’re having and listening for an opportunity to share the good news. If the door isn’t opened it's ok. Often times being present to the person in front of us is the best seed to plant. Have a great week and as always know of my prayers!

In Christ,
Fr. Connealy

Feliz domingo!

Este domingo, entramos en la vigésima semana del tiempo ordinario. En nuestro Evangelio, el Señor comienza con un saludo sorprendente: "¡He venido a prender fuego a la tierra, ycómo desearía que ya estuviera ardiendo!" El fuego que Jesús desea lanzar no es unfuego destructivo, sino el fuego de su amor. Sin embargo, sería falso pensar que solo porque no es un fuego puramente destructivo, no es violento. El amor de Dios es realmente feroz.Jesús sabe que muchas personas lo rechazarán porque no está a la altura de los estándaresque hemos establecido en la sociedad. Para amar como ama el Padre significa que primerodebemos abrir nuestros corazones para recibir de su generosidad. Sin vivir en el amor delPadre, no tenemos nada que dar.

La segunda parte es que vivir en el amor del Padre es bueno, importante y necesario. Pero sino nos mueve a la acción, entonces no ha cumplido su propósito. Animados por el amor del Padre, debemos compartir el Evangelio. Este es el llamado de nuestro Bautismo y Confirmación. Como cristianos totalmente iniciados, estamos invitados a ser discípulosmisioneros. Son los discípulos misioneros que prenden fuego al mundo.

¿Cómo está invitando el Señor a cada uno de nosotros a ser sus discípulos? En todas parteshay territorio de misión. Cada lugar puede incendiarse con el amor del Padre. Si no estamosseguros de por dónde comenzar, una cosa que es útil es pedirle al Señor en nuestra oraciónque nos brinde oportunidades para compartir su amor. Tal vez sea una oportunidad paraestar especialmente atento a una conversación que estamos teniendo y escuchar para tenerla oportunidad de compartir las buenas noticias. Si la puerta no está abierta, está bien. Muchas veces estar presente para la persona frente a nosotros es la mejor semilla paraplantar. Que tengan una gran semana y, como siempre, conozcan mis oraciones.

En Cristo,
P. Connealy

BACK TO LIST