Modesty and the Dignity of Women (part IV of V)

10-02-2016Pastor's LetterFr. Don Kline, V.F.

Dear Brothers and Sisters,

There is no need to go into all the various types of clothing here. It is enough to say that there are different appropriate modes of dress for different occasions, e.g. in the privacy of our home, with our spouse only or with our children in our home, at work or school, in mixed company, at the lake or swimming pool, grocery shopping, at church, etc.

Dressing appropriately begins by looking at what is going on inside our heart. A pure heart seeks to do things that are pleasing to God. A pure heart leads a person closer to God. A pure heart leads a person to do godly things. Sacred Scripture reminds us that “Out of the heart come evil thoughts, murder, adultery, fornication…” (Matthew 15:19) and “Blessed are the pure in heart, for they shall see God” (Matt. 5:8).

It should be clear to those Catholics who are intentionally seeking to grow in love with Our Lord Jesus that there is a battle going on. The battle is for souls. I believe one of the biggest battles fields is about purity and specifically purity of the mind and heart. The Catechism speaks next, after the purification of the heart, about “the battle for purity”. We struggle with concupiscence of the flesh and disordered desires throughout our life (CCC 2520).

It is obvious to all who can see that the enemy has a lot of help distracting souls away from the goodness to God. One of the enemy’s greatest weapons is clothing. Did you know that you could actually help the devil by the way you dress? Your clothing can actually become a temptation for others to lust and to have unholy desires take root in their heart. In the Act of Contrition we promise “to avoid the near occasion of sin” not lead others to sin.

To be continued…

God Bless,
Fr. Don Kline, V.F.

Modestia y la Dignidad de la Mujer (parte IV de V)

Queridos Hermanos y Hermanas,

No hay necesidad de ahondar en todos los tipos de vestimenta. Es suficiente decir que hay distintas formas apropiadas de vestir para cada ocasión, por ejemplo: en la privacidad del hogar, con nuestro esposo solamente o con nuestros hijos en casa, en el trabajo o en el colegio, en compañía variada, en un lago, la piscina, el supermercado, la Iglesia, etc.

El vestirse adecuadamente comienza con lo que está sucediendo dentro de nuestro corazón. Un corazón puro busca hacer las cosas que son agradables a Dios. Un corazón puro lleva a una persona a estar más cerca de Dios. Un corazón puro lleva a una persona a hacer cosas santas. La Sagrada Escritura nos recuerda que “Del corazón salen todos los malos pensamientos, asesinatos, adulterios, fornicaciones…” (Mateo 15:19) y “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.” (Mateo 5:8)

Debe ser muy claro para aquellos Católicos que buscan de forma intencional crecer en amor a Nuestro Señor Jesús que existe una batalla espiritual. La batalla es por las almas. Yo creo que una de las batallas más grandes es en el campo de la pureza, y específicamente la pureza de mente y de corazón. El Catecismo, después de la purificación del corazón, nos habla de la “batalla por la pureza”. Nosotros luchamos contra la concupiscencia de la carne y los deseos desordenados durante toda la vida. (CCC 2520)

Es obvio para todos los que queremos ver que el enemigo tiene mucha ayuda para distraer a las almas a que se alejen de la bondad de Dios. Una de las armas más grandes del enemigo es la ropa. Tu sabías que puedes de hecho ayudar al demonio por la forma en que te vistes? Tu ropa puede convertirse en una tentación para otros en el campo de la lujuria y los puede llevar a tener deseos impuros que tienen su raíz en el corazón. En el Acto de Contrición prometemos “evitar las ocasiones de pecado” y no llevar a otros al pecado.

Continuará…

Dios los Bendiga,
Fr. Don Kline, V.F. Parraco

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