Bishop Wall to visit Oct 13/14

09-30-2012Pastor's LetterFr. Don Kline

Dear Brothers and Sisters in Christ,

On the weekend, of October 13 and 14, we are fortunate to have Bishop James Wall with us for all the Masses. Many of you knew him as Fr. Jim Wall because he was assigned here at St. Joan of Arc for a few weeks. He is a personal friend of mine as well as the bishop for the Diocese of Gallup.

When then Fr. Jim lived in Phoenix, we would often get together to see a movie, enjoy a meal or go mountain biking. That is how we thought our friendship would continue for years to come. Our Lord obviously had very different plans for him. As a faithful servant of the Church, we are called to go wherever and whenever we are needed. This is done in obedience and is part of the promises we make to God when we are ordained.

Bishop Wall has been called by Our Lord to serve the people of the Diocese of Gallup and he does so with heroic virtue, humble patience, and a willing heart. His diocese has many needs and many hopes. Some of our parishioners are familiar with the poverty that many families in Gallup experience. Our annual St. Michael Adopt-a-Family program goes a long way to assist those in need but still much has to be done. Bishop Wall has the opportunity and challenge to continue to enable our brothers and sisters to encounter the living Christ.

Our Lord reminds us this weekend that the greatest thing we can hope for is to go to heaven--even if it means losing something as precious as our hand, our foot, our eye. St. James reminds us that what we possess will not save us, maybe just the opposite, drag us down. Many years ago one of the world's richest men, Howard Hughes, died. He was completely alone, afraid of being poisoned or contaminated. In contrast, a few years ago, a woman died who possessed almost nothing. She was surrounded by her sisters and beloved by millions, Mother Teresa of Calcutta. I doubt any of us will be as rich as Howard Hughes--or as voluntarily poor as Mother Teresa but what matters in the long run, is not what we have, but our relationship with God.

Thank for your generosity to our parish and thank you for your prayerful consideration and willingness to assist our brothers and sisters in our neighboring Diocese of Gallup.

God Bless,
Fr. Don Kline
Pastor

 

Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo,

El fin de semana, el 6 y 7 de Octubre, seremos muy afortunados de tener al Obispo James Wall con nosotros en las Misas. Muchos de ustedes lo conocieron como el Padre Jim Wall porque él estuvo asignado a esta parroquia Santa Juana de Arco por unas semanas. El es un amigo personal mío y también es el Obispo de la Diócesis de Gallup, Nuevo México.

Cuando el Padre Jim vivió en Phoenix, con frecuencia nos juntábamos para ir al cine, compartir una comida o ir a la montaña en bicicleta. Es así como pensamos que nuestra amistad continuaría a lo largo de los años. Pero nuestro Señor tenía planes completamente diferentes para él. Como un servidor fiel de la Iglesia, todos somos llamados a ir a donde sea y hacer lo que sea, y a donde nos necesiten. Esto se hace en obediencia y como parte de las promesas que hacemos a Dios cuando somos ordenados al sacerdocio.

El Obispo Wall ha sido llamado a servir a la comunidad de Gallup, y esto lo hace con una virtud heroica, con una paciencia humilde, y con un corazón dispuesto. Su diócesis tiene muchas necesidades y muchas esperanzas. Algunos de nuestros feligreses están familiarizados con la pobreza de las tantas familias en Gallup. Nuestro programa de Adoptar a una familia asiste a varias de estas familias, pero todavía falta mucho que hacer. El Obispo Wall tiene la oportunidad y el reto de llevar a nuestros hermanos y hermanas a encontrar a Cristo vivo.

Nuestro Señor nos recuerda este fin de semana que la cosa más grande que podemos desear es el ir al Cielo algún día—aunque eso signifique perder algo tan preciado como una mano, o un pie, o un ojo. San Santiago nos recuerda que todo lo que poseemos no nos salvara, tal vez sea lo contrario, y lo que tenemos nos arrastre. Hace muchos años, uno de los hombres más ricos, Howard Hughes, murió. El estaba completamente solo, con miedo de ser envenenado o contaminado. Al contrario, hace algunos años, una mujer murió, esta mujer no poseía nada. Ella estaba rodeada de sus hermanas y de millones de seres queridos, la Madre Teresa de Calcutta. Yo dudo mucho que alguno de nosotros lleguemos a ser igual de ricos que Howard Hughes—o igual de tan vulnerablemente pobres como la Madre Teresa de Calcutta, pero lo que importa a lo largo del tiempo, no es lo que tenemos, sino nuestra relación con Dios.

Muchas gracias por su generosidad a nuestra parroquia, y muchas gracias de antemano por considerar ayudar a nuestros hermanos y hermanas de al Diócesis de Gallup.

Que Dios los Bendiga,
Padre Don Kline

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