Dear Brothers and Sisters in Christ,
Our Lord reminds us today, and everyday that his mission involves the cross. Suffering, rejection and death was central to Our Lord's mission. This is not an attractive mission. But that is not the whole mission. We have hope because we know that Our Lord is to "rise after three days." Jesus offers us an invitation to walk in his footsteps. "Follow me," he says. Take up your cross and follow me. This is not an easy invitation to respond to. No one likes to suffer. So how do we find the hope and the courage to respond to Our Lord's invitation like the millions of Catholics who have gone before us?
I sometimes read about Christian martyrs and ask myself if I would be able to do what they did for Christ. If you have seen the movie "For Greater Glory" then you saw the martyrdom of Blessed Jose Luis Sanchez del Rio. The federals tortured the boy by cutting off the soles of his feet and forcing him to walk on stones. The torture would stop, they said, if he would say, "Long live the government." Through his tears, Blessed Jose Luis said, "Viva Cristo Reyo - Long live Christ the King."
Blessed Jose Luis received of divine grace. But throughout his short life, he had prepared for his martyrdom by living his faith in everyday activities. His daily crosses involved in small humiliations and small sacrifices. Over time and with practice, small crosses prepared him for the bigger crosses in his life.
You too can practice taking up your daily crosses in small ways. For example, being kind even when you do not feel like it is a simple way to take up your cross. You take up your cross by realizing that you do not always have to be right (nobody is always right). Cross carrying involves doing one's job even when no one is looking or offering a humble smile when things go wrong. The Christian life is about taking up one's little daily crosses and following Jesus - trusting that Our Lord will give us the strength when we are faced with bigger crosses.
God Bless,
Fr. Don Kline
Pastor
Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo,
Nuestro Señor nos recuerda ahora, y todos los días que su misión involucra la cruz. El sufrimiento, el rechazo, y la muerte fue algo central para la misión de Nuestro Señor. Esta no es una misión atractiva. Pero esto no es toda la misión completa. Tenemos, esperanza porque sabemos que Nnuestro Señor va a "resucitar después de tres días". Jesús nos ofrece una invitación de caminar sus pasos. "Síganme" el nos dice. Recoge tu cruz y sígueme. Esta invitación no es fácil de responder. A nadie le gusta sufrir. ¿Entonces en donde encontramos la esperanza y el valor para responder a la invitación de Nuestro Señor como los millones de Católicos que se han ido antes que nosotros?
Yo a veces leo acerca de los mártires Católicos y me pregunto a mi mismo si yo pudiera hacer lo que ellos hicieron por Cristo. Si ustedes ya vieron la película "For Greater Glory", miraron el martirio del Beato José Luis Sánchez el Rio. Los federales torturaron al jovencito cortándole las suelas de sus pies y forzándolo a que caminara en las piedras. Le decían que la tortura pararía si él decía "que viva el gobierno". Pero entre medio de sus lagrimas, el Beato José Luis dijo, "Viva Cristo Rey"—Long live Christ the King.
El Beato José Luis recibió la gracia divina. Pero a lo largo de su corta vida, el se había preparado para su martirio viviendo una vida de fe en todas sus actividades. Su vida diaria contenía pequeñas humillaciones y pequeños sufrimientos. Con el tiempo y con práctica, las pequeñas cruces lo prepararon para las cruces más grandes de su vida. Tú también puedes practicar el levantar tu cruz diaria en maneras pequeñas. Por ejemplo, el ser amable hasta cuando no te sientes bien es una manera de llevar tu cruz. Tu llevas tu cruz cuando realizas que no todo el tiempo tienes que tener la razón (nadie tiene siempre la razón). El cargar la cruz implica hacer siempre tu trabajo hasta cuando nadie te está viendo o el ofrecer una sonrisa amable hasta cuando las cosas no va bien para ti. La vida cristiana se trata de cargar tus pequeñas cruces diarias y seguir a Cristo—confiando que el Señor nos dará la fuerza para enfrentar a las cruces más grandes.
Que Dios los Bendiga,
Padre Don Kline